En la intimidad, a algún alemán se le ha escuchado decir que lamenta que sea un Aldi o un Lidl lo que le pille más a mano a la hora de hacer las compras cuando anda de vacaciones en un perdido rincón del sur de Europa. Lo cierto es que esta pareja de cadenas de supermercados germanos, especializados en la venta de productos a precios reducidos, no para de encontrar adeptos. Ocurre especialmente en la Europa meridional, donde los bolsillos aún andan doloridos por los efectos de la crisis. De crisis, estas compañías no pueden hablar. Tienen el viento a favor.
Tanto Lidl como Aldi emplean a miles de personas. Generan decenas de miles de millones en beneficios anuales. Y no van a parar de hacerlo. El pasado otoño, la revista germana Focus ofrecía a través de un detallado estudio un envidiable panorama para estos especialistas germanos de vender barato. En esa publicación preveían para Lidl y Aldi unas ganancias en claro crecimiento, alcanzando, por igual, la cifra de 66.000 millones de euros en 2016.
Su éxito mucho tiene que ver con la máxima del recientemente fallecido Karl Albrecht, fundador de los supermercados Aldi: “Nuestra única consideración cuando estamos poniendo el precio a un producto es cómo de barato podemos venderlo”. La estrategia no supone la reinvención de la rueda en el sector. Pero Aldi y Lidl lo han convertido en una clave para su éxito. Saben aprovechar ese planteamiento comercial multiplicando establecimientos allí donde se instalan. Así, no paran de crecer en número sus austeros locales, donde abundan productos a precios muy rebajados -ya sean de marca blanca o no-.
A la conquista del mercado europeo
En España, Lidl cuenta con algo más de medio millar de supermercados abiertos desde hace dos décadas. Se estrenó con su primera tienda española enLérida, en 1994. Por su parte, Aldi está presente en suelo español gracias a de 250 establecimientos. Es menos que Lidl, algo que se explica porque hubo que esperar a 2002 para esta cadena llegara a España.
No obstante, ambas compañías llevan ya mucho tiempo lanzadas a la conquista de los mercados internacionales. Lidl comenzó a abrir supermercados fuera deAlemania en los años noventa, mientras que Aldi, en los años sesenta y setenta, comenzó a presentarse a los consumidores europeos, abriendo entonces en países como Austria, Bélgica, Holanda y Dinamarca.
Líderes en el mercado germano
En su país, Lidl y Aldi son los dominadores de la industria alimentaria. Controlan casi el 40% de un mercado germano a todas luces poco hospitalario, pues en él compiten una importante variedad de actores. A saber, Netto, al que se atribuye cerca de un 20% de la cuota de mercado, Penny, que ronda el 10%,Norma (4%), entre otros. Cualquiera no sobrevive entre tanta competencia. Tanto es así que, en 2006, la firma estadounidense Wal-Mart se vio obligada a rendirse y sacar la bandera blanca. Cerró 85 tiendas y perdiendo 1.000 millones de dólares -unos 750 millones de euros-.
Para Lidl y Aldi, ser líderes en este contexto da buena cuenta de lo mucho que ambicionan. Su duelo por ver quién vende más, más barato, hace tiempo que dejó de disputarse en suelo germano. En 2018, por ejemplo, ambos tendrán un nuevo campo de batalla: Estados Unidos. Ese año planea expandirse al gigante norteamericano Lidl. Allí le espera Aldi, junto al resto de competidores estadounidenses, con más de un millar de supermercados.
Más de 80 años de experiencia
El pulso que mantienen ambas firmas viene de lejos y la historia de ambas cadenas de supermercados remonta a principios del siglo pasado. De hecho, el Aldi original fue el que abrió la madre de Karl Albrecht en los años 30 en la ciudad Essen (oeste alemán). Tras la Segunda Guerra Mundial, Karl y su hermano Theo retomaron el negocio materno para transformarlo en el imperio que es hoy. Lidl también tiene sus orígenes en un empresario de los años 30,Josef Schwarz. Pero fue su hijo Dieter quien orientó definitivamente el negocio hacia los súperdescuentos.
Desde entonces, estos supermercados llevan aprovechándose mucho de lo muy arraigado que está el ahorro en Alemania. Tanto es así que incluso “el término alemán de austeridad, Sparpolitik, significa gastar menos y tiene un significado positivo en Alemania”, según ha contado a Marabilias el político alemán de origen griego Jorgos Chatzimarkakis. Tal vez Aldi y Lidl hagan ver al resto deEuropa el lado bueno de la austeridad,... si lo hay.