Así, la cuota de mercado de marcas que engloban enseñas tan conocidas como Hacendado, Auchan, Carrefour, Eroski o Lidl se ha estancado en 2014.
Después de años de expansión y presencia cada vez mayor en las estanterías de las principales cadenas de distribución, parece que las ventas de productos de marca blanca, fabricados exclusivamente para los principales supermercados o hipermercados, han tocado techo. Así, la cuota de mercado de marcas que engloban enseñas tan conocidas como Hacendado, Auchan, Carrefour, Eroski o Lidl se ha estancado en 2014. La crisis y el cambio de hábitos de consumo habían propiciado el despegue de las marcas blancas en los últimos años, pasando de una cuota de mercado de aproximadamente el 25% en 2007 hasta el 34,6% en 2013. En 2014, en cambio, se frenó su avance por primera vez en dos décadas, repitiendo practicamente el mismo porcentaje que el año anterior, según los datos hechos públicos por las principales consultoras de tendencias de consumo entre las que se encuentran Nielsen y Kantar.
El nulo avance con respecto a 2013 se podría explicar, en cierta medida, por el incremento comparativo de precios. El año pasado, el aumento en estos productos fue del 2,2% de media, en paralelo a un abaratamiento del coste casi en la misma proporción de las primeras marcas, que lo hizo en un 2,1%, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), reduciendo el claro diferencial de precio a favor de las marcas blancas y disminuyendo, por tanto, el principal reclamo de compra de las etiquetas genéricas. También hay que destacar, como otro factor clave en esta tendencia, la mayor agresividad de las marcas tradicionales en sus políticas de promoción y distribución, muchas veces con el apoyo de las principales cadenas, en detrimento de sus marcas propias, como estrategia para mejorar y optimizar sus márgenes de venta.
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